La esperanza de vida de los animales de compañía ha ido aumentando gracias a diversos factores, como los avances en la medicina veterinaria y una mayor conciencia sobre la importancia de los cuidados y hábitos saludables para nuestras mascotas. Sin embargo, este aumento en la longevidad también ha llevado a una mayor prevalencia de enfermedades asociadas al envejecimiento, como por ejemplo el síndrome de disfunción cognitiva en perros.
Qué es la disfunción cognitiva en perros
A medida que los perros envejecen, al igual que las personas, son más susceptibles a experimentar problemas de movilidad, visión y audición. Sin embargo, también existe una condición común en perros mayores que afecta su salud mental y puede provocar demencia. Esta afección se conoce como el Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina (SDC) y presenta síntomas muy parecidos a los del Alzheimer.
El SDC es una enfermedad recientemente reconocida en perros y, en ciertos aspectos, puede considerarse como el equivalente canino del Alzheimer en humanos. Los perros que sufren de SDC experimentan una serie de cambios en el cerebro que provocan una disminución de sus facultades mentales relacionadas con el pensamiento, el reconocimiento, la memoria y la conducta aprendida.
Es importante destacar que alrededor del 50 % de los perros de más de 10 años de edad mostrarán uno o más síntomas del síndrome de disfunción cognitiva. Esta enfermedad es progresiva, lo que significa que los signos de comportamiento senil aumentarán gradualmente con el tiempo. El diagnóstico del SDC puede ser complicado debido a que sus síntomas pueden variar de un animal a otro, pero existen una serie de rasgos comunes.
Causas de la disfunción cognitiva
Esta patología suele estar infradiagnosticada, a pesar de que se han identificado diversos factores de riesgo. Uno de los factores de riesgo más significativos es la edad. El SDC suele manifestarse en perros a partir de los 8 años, y el riesgo de padecerlo aumenta significativamente con el paso del tiempo. De hecho, cerca del 50 % de los perros que superan los 14 años presentan signos compatibles con esta enfermedad.
Las causas fundamentales del Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC) en perros son las siguientes:
- Aumento de radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que se producen en el organismo y pueden causar daño oxidativo. En el caso del SDC, el aumento de radicales libres provoca la muerte de neuronas, contribuyendo así al deterioro cognitivo.
- Acumulación de la proteína B-amiloide. Esta proteína se deposita en el cerebro de los perros mayores y tiene propiedades neurotóxicas que afectan negativamente la función de las neuronas. Cuanto mayor sea la cantidad de esta proteína acumulada, más graves serán los síntomas de la demencia senil canina.
- Cambio en la expresión de genes. El proceso de envejecimiento y el desarrollo del SDC pueden modificar la forma en que algunos genes se expresan en el cerebro de los perros. Estos cambios en la expresión génica pueden influir en el funcionamiento normal del sistema nervioso y contribuir al desarrollo del trastorno.
- Disminución del riego sanguíneo. Con el envejecimiento, puede producirse una disminución del flujo sanguíneo hacia el cerebro de los perros. Esto puede tener un impacto negativo en la nutrición y oxigenación de las células neuronales, afectando su correcto funcionamiento.
Cuáles son los síntomas que presenta un perro con disfunción cognitiva
Es fundamental aprender a reconocer los síntomas del Alzheimer en perros, ya que, en realidad, el único enfoque disponible para esta enfermedad es el tratamiento paliativo. Cuanto antes se detecte y se inicie el tratamiento, mejores serán los resultados y mayor será la oportunidad de frenar el avance de la enfermedad. Estos son algunos de los síntomas más frecuentes:
Alteración de la interacción social
Los perros afectados pueden mostrar cambios en su comportamiento hacia las personas y otros animales en su entorno. Pueden llegar a ser agresivos con sus propios propietarios o dejar de reconocerlos. Algunos perros también pueden desarrollar hiperapego hacia sus dueños, a pesar de no haber mostrado ese comportamiento anteriormente.
Alteraciones en el ciclo de sueño y vigilia
Es común que los perros con SDC no sigan patrones de sueño regulares. Pueden dormir durante el día y estar despiertos durante la noche.
Desorientación
Los perros con problemas cognitivos pueden parecer desorientados y deambular por lugares familiares como si estuvieran perdidos. Pueden tener dificultades para reconocer puertas o chocar con objetos sin poder evitarlos.
Pérdida de capacidades cognitivas
Los perros afectados pueden dejar de responder a órdenes o señales que antes conocían bien. Experimentan una pérdida progresiva de memoria y capacidad de aprendizaje. Aunque se haya producido esta pérdida, es importante seguir proporcionando actividades cognitivamente estimulantes para intentar frenar el deterioro cerebral.
Disminución de la actividad y respuesta a estímulos
Los perros afectados tienden a volverse más pasivos y pueden perder interés en su entorno. Algunos pueden desarrollar ansiedad, inquietud o conductas estereotipadas, como ladrar excesivamente o destrozar objetos en la casa.
Pérdida de hábitos higiénicos
Un síntoma característico del Alzheimer en perros es la pérdida de hábitos en la eliminación. Incluso los perros que solían hacer sus necesidades en lugares específicos pueden empezar a orinar o defecar en otros lugares de la casa o el jardín.
Posibles consecuencias y riesgos
La esperanza de vida de un perro con Síndrome de Disfunción Cognitiva puede variar dependiendo de varios factores, como la gravedad de la enfermedad, el cuidado que reciba y su salud general. El SDC es una enfermedad neurodegenerativa progresiva, lo que significa que empeora con el tiempo.
En general, la demencia senil en perros es más común en animales mayores, generalmente a partir de los 8 años de edad, y se vuelve más prevalente en perros más ancianos. Sin embargo, no se puede establecer con certeza cuánto puede vivir un perro con disfunción cognitiva, ya que cada caso es único.
Algunos perros pueden experimentar una progresión lenta de los síntomas y mantener una calidad de vida aceptable durante un período de tiempo más prolongado. En estos casos, con un diagnóstico temprano y un manejo adecuado, el perro puede vivir varios años con la enfermedad.
En otros casos, la enfermedad puede avanzar rápidamente y afectar significativamente la calidad de vida del perro en un período más corto. El proceso degenerativo puede tener una duración aproximada de entre 18 y 24 meses, aunque en algunos casos puede prolongarse aún más.
El tratamiento de la disfunción cognitiva en perros se apoya en varios aspectos esenciales, como la adaptación del entorno y los hábitos, el uso de medicamentos adecuados y una dieta nutritiva. Nuestros fieles compañeros merecen vivir hasta el último día rodeados de amor y cuidados, ya que nos regalan su amor incondicional a lo largo de toda su vida. Brindarles el mejor cuidado posible en esta etapa es nuestra manera de agradecerles todo el cariño y la felicidad que nos ofrecen. Cuando llegue el momento de la triste despedida, recuerda que puedes contar con los servicios de Adiós Mascota.