La pancreatitis del perro es una enfermedad bastante común que puede manifestarse en formas agudas o crónicas, desde leves hasta muy graves. Esta condición puede representar un riesgo importante para la salud de la mascota, por lo que es esencial reconocer los síntomas para poder intervenir de manera temprana.
Qué es la pancreatitis canina y qué la produce
El páncreas es una glándula ubicada en la región abdominal, debajo del estómago y cerca de la parte superior del intestino delgado. Cumple dos funciones principales:
- Función endocrina. Esta función implica regular los niveles de glucosa en la sangre a través de la producción de insulina. La insulina es una hormona que se encarga de regular los niveles de glucosa y hace posible que las células del cuerpo puedan utilizarla como fuente de energía. Cuando los niveles de glucosa son altos, el páncreas libera insulina para ayudar a que la glucosa ingrese a las células y se utilice como combustible.
- Producción y excreción de enzimas digestivas. El páncreas también produce enzimas digestivas, que son responsables de descomponer los alimentos en el intestino delgado durante el proceso de digestión. Estas enzimas se mantienen inactivas mientras están en el páncreas y se activan solo cuando son necesarias para la digestión. Una vez activadas, las enzimas se liberan en los conductos pancreáticos que desembocan en el intestino delgado, donde descomponen los alimentos en partículas más pequeñas para su absorción.
La pancreatitis es una afección en la que el páncreas se inflama debido a la activación prematura de las enzimas digestivas. Esta activación puede provocar una autodigestión del tejido pancreático, lo que conlleva una serie de problemas que pueden variar en gravedad. Desde una inflamación leve hasta casos más graves en los que se puede llegar a una necrosis (muerte del tejido) del órgano. La pancreatitis en un perro es una condición seria que requiere atención veterinaria inmediata.
Causas y diagnóstico de la pancreatitis canina
La causa de la inflamación del páncreas de los perros a menudo no es clara, pero puede estar relacionada con la ingestión de alimentos ricos en grasas o la exposición a medicamentos u otras sustancias. Existen factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar pancreatitis en los perros, como niveles altos de lípidos en la sangre, predisposición en ciertas razas (como el Schnauzer miniatura) y en animales con sobrepeso u obesidad.
Aunque esta afección puede afectar a cualquier animal, es más común en razas pequeñas y medianas, en perros de mediana a avanzada edad (mayores de 5 años) y especialmente en aquellos con problemas de peso.
El diagnóstico de la pancreatitis en un perro se basa en la observación de los signos clínicos presentes y en la historia médica del paciente. También se realiza una ecografía abdominal para detectar signos de inflamación en el páncreas.
Los análisis de sangre pueden dar información sobre el nivel de deshidratación, inflamación, alteraciones en los parámetros hepáticos y en los electrolitos. La prueba de inmunoreactividad de la lipasa específica canina (cPLI por sus siglas en inglés) es un análisis de sangre específico para diagnosticar pancreatitis. Mide los niveles de lipasa, una enzima pancreática, en la sangre, que presenta valores elevados cuando se desarrolla una pancreatitis
Síntomas de que tu perro tiene pancreatitis
Los síntomas de la pancreatitis en un perro pueden ser variables, ya que la enfermedad puede manifestarse en dos formas principales: aguda y crónica. Las principales diferencias son las siguientes:
Pancreatitis aguda
Se presenta de manera repentina y puede ser muy intensa desde el principio. Los síntomas son a menudo más severos e intensos. Los perros pueden mostrar dolor abdominal agudo, vómitos frecuentes, letargia y una postura encorvada. Suele estar relacionada con la ingestión de alimentos grasos, así como con la exposición a factores desencadenantes. Los perros con pancreatitis aguda pueden deteriorarse rápidamente y requerir atención médica muy urgente, ya que es una enfermedad potencialmente mortal.
Pancreatitis crónica
Se desarrolla de forma más gradual y puede ser menos intensa que la forma aguda. Los síntomas pueden ser más leves y fluctuar con el tiempo. Los perros pueden mostrar pérdida de apetito, pérdida de peso y episodios intermitentes de malestar. Puede estar relacionada con factores subyacentes, como trastornos metabólicos o condiciones crónicas y debido a la naturaleza intermitente de los síntomas, puede ser más difícil de diagnosticar.
El tratamiento de la pancreatitis crónica suele ser más prolongado y puede requerir cambios en la dieta, medicamentos y manejo a largo plazo.
Cómo cuidar de tu perro con pancreatitis
Si se identifica una causa específica de la pancreatitis, se tratará en primer lugar. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la causa es desconocida, por lo que se proporciona un tratamiento de soporte al perro enfocado a abordar los síntomas.
Para ello se pueden utilizar analgésicos para aliviar el dolor, antibióticos o terapia intravenosa para mantener el organismo hidratado. También puede ser necesario administrar soporte nutricional en el caso de que el perro no pueda comer por sí solo a causa de los síntomas.
En casos donde la causa es conocida y el daño al páncreas es grave, podría ser necesario realizar una cirugía para eliminar tejido dañado o tomar muestras para biopsia.
El pronóstico es bueno en casos de pancreatitis aguda leve, pero puede ser reservado en los casos graves con necrosis en los tejidos.
La alimentación es clave para la recuperación tras una pancreatitis. Es fundamental proporcionar una dieta baja en grasas a los perros que han sufrido esta enfermedad, ya que las comidas altas en grasas pueden desencadenar de nuevo la inflamación.
Además, es recomendable elegir alimentos de alta calidad que aseguren una óptima absorción de nutrientes sin sobrecargar el sistema digestivo. También es aconsejable revisar si existe alguna sensibilidad alimentaria no diagnosticada, sobre todo en el caso de pancreatitis crónicas.
Mantener un peso saludable también es crucial para prevenir complicaciones en perros que han tenido pancreatitis, porque la obesidad puede aumentar el riesgo de recurrencia.
Como vemos, en ocasiones la pancreatitis en un perro puede ser mortal cuando la enfermedad se desarrolla con rapidez y daña el órgano gravemente. Si este ha sido tu caso y las atenciones veterinarias no han podido hacer nada por tu amigo, cuenta con los servicios de Adiós Mascota para que el duro momento sea un poco menos difícil. Nos encargamos de todo y te ayudamos a preparar el homenaje más bonito.