Mi perro no quiere andar: cuál puede ser el motivo

“Mi perro no quiere andar” es una queja bastante habitual, ya que es algo que suele darse alguna vez a lo largo de la vida del animal. El momento de sacar al perro es uno de los más importantes porque el ejercicio es esencial para que libere energía y tensiones acumuladas, además de permitirle hacer sus necesidades.

Aunque los perros adoran los paseos al aire libre para ejercitarse, olfatear y estar con su humano, a veces puede ocurrir que un perro no quiera caminar o no se muestre entusiasmado ante la perspectiva de ir a la calle. ¿Quieres saber por qué?

Motivos por los que un perro se niega a caminar

Algunos de los posibles factores que pueden llevar a que un perro no quiera caminar pueden ser problemas de salud, miedo o ansiedad, falta de socialización, dolor físico, distracciones en el entorno, o simplemente falta de interés en el momento.

Es importante observar el comportamiento del perro y, si es necesario, consultar con un veterinario o un adiestrador profesional para abordar cualquier problema subyacente y encontrar soluciones adecuadas.

Si tu perro se detiene en mitad del paseo o ni siquiera le apetece salir a la calle, hay que observar su comportamiento para identificar la posible causa. Si no puedes identificarla de inmediato, aquí hay algunas posibles razones:

Perros cachorros en aprendizaje

Los cachorros que están explorando la calle por primera vez pueden detenerse y mostrarse reacios a caminar mientras aprenden sobre su entorno y socializan con otras mascotas y personas.

Es muy habitual que un cachorro frene en seco y se niegue en rotundo a seguir andando. Si alguna vez te has quejado de que mi perro se sienta y no quiere andar, debes saber que en el caso de los cachorros es algo normal y forma parte de las intensas emociones que les produce descubrir el mundo.

Perros adultos con falta de habilidades para pasear

Algunos perros adultos pueden no haber sido adecuadamente socializados o entrenados para pasear, lo que da lugar a comportamientos de resistencia durante el paseo. Esto es común en perros abandonados que no recibieron la atención necesaria durante etapas clave de su vida o que nunca han caminado con una correa puesta.

Una forma de abordar esto es acompañar al perro con otro que esté acostumbrado al paseo en la calle, lo que puede ayudar al perro reacio a relajarse y a comprender las rutinas del paseo.

Miedo y estrés

El estrés y el miedo pueden estar desencadenados en la vida de un perro por muchos motivos. Por ejemplo, si ha sido abandonado o maltratado, es probable que desarrolle miedo hacia ciertos estímulos, como personas desconocidas, otros perros, ciertos sonidos o incluso el entorno en general. Esto puede manifestarse durante el paseo, donde el perro se siente vulnerable y ansioso.

Los casos de miedo, ansiedad, estrés o fobias hay que abordarlos con mucho cuidado, paciencia y compresión, preferiblemente con la ayuda de etólogos expertos, ya que un mal tratamiento puede empeorar la situación.

Enfermedad o lesión

Otro posible motivo por el que un perro puede no querer andar puede ser el dolor o el malestar físico provocados por alguna enfermedad o una lesión. Debemos estar atentos a posibles señales de dolor o enfermedad en nuestro perro, ya que algunas dolencias pueden pasar desapercibidas hasta que se agravan con el tiempo.

Algunos síntomas evidentes son fiebre, tumores visibles o sangrado, pero también es importante revisar periódicamente a nuestra mascota para detectar cualquier problema oculto.

Una buena práctica es dedicar al menos media hora de forma periódica a inspeccionar a nuestro perro. Para ello hay que palpar todo el cuerpo en busca de protuberancias o tumores, examinar las orejas y los ojos en busca de signos de infección, verificar la temperatura corporal para detectar fiebre y revisar las almohadillas de las patas para asegurarse de que están en buen estado.

Vejez

También hay personas que reportan que “mi perro es mayor y no quiere andar”. Con la edad, los perros pierden agilidad, se sienten más cansados o pueden desarrollar problemas de artrosis que les causan dolor crónico. También suelen tener menos tolerancia a las temperaturas extremas. Igualmente, sus sentidos pierden agudeza y esto puede hacerles sentir inseguros en ciertos entornos.

Los perros ancianos requieren cuidados especiales debido a los cambios físicos y de salud asociados con la edad, por eso hay que llevarlos a un chequeo veterinario con más frecuencia, al menos cada 6 meses. De esta forma se pueden detectar problemas de salud de manera precoz para tratarlos cuanto antes. Además, existen tratamientos que pueden ayudar a mejorar su bienestar para una vejez amable y con calidad de vida.

Qué hago si mi perro no quiere andar

Aquí tienes algunos consejos y pautas para ayudar a tu perro a seguir disfrutando de sus paseos.

Identificar las causas

Si has descartado problemas de salud con la ayuda del veterinario, observa el entorno y el comportamiento de tu perro durante los paseos para identificar posibles desencadenantes de su ansiedad o incomodidad, como ruidos fuertes, otros perros o situaciones nuevas.

Evitar los desencadenantes

Si sabes qué elementos específicos asustan a tu perro, trata de evitarlos durante los paseos. Por ejemplo, si tu perro tiene miedo a los coches ruidosos, elige rutas menos transitadas o zonas más tranquilas para caminar.

Uso de refuerzos positivos

Durante los paseos, utiliza refuerzos positivos como golosinas, elogios y juegos para recompensar el buen comportamiento de tu perro y ayudarle a asociar los paseos con experiencias positivas.

Adaptar los paseos

En el caso de los perros mayores, es fundamental comprender y aceptar sus limitaciones, y elegir rutas y espacios que se adapten a sus nuevas necesidades. Seguramente le gustarán más los caminos llanos y tranquilos, en las horas del día en los que el clima sea más agradable para ellos.

Puede haber muchas causas por las que mi perro no quiere andar, así que si ocurre de forma repetida, lo primero es descubrir el motivo. En casos de enfermedad irreversible, recuerda que puedes contar con la ayuda y el apoyo de Adiós Mascota. Nos desplazamos a domicilio y nos encargamos de todo para que tú puedas centrarte en lo importante.