Saber si mi perro bebe mucha agua es una de las preocupaciones más habituales, ya que generalmente no tenemos una idea clara de qué cantidad es normal. A continuación, te explicamos cuánto debe beber tu perro según su raza y su estilo de vida, y cuándo la sed excesiva puede ser un síntoma preocupante.
Cuánta agua debe beber un perro
Lo habitual es que los perros sanos consuman aproximadamente entre 50 y 60 mililitros de agua por cada kilo de peso al día. Es una cantidad orientativa, que puede variar dependiendo de factores externos como la dieta, la temperatura o la humedad del entorno. La edad del animal y su nivel de actividad también pueden ser determinantes.
En condiciones normales de temperatura (20-24 °C) y actividad moderada, un perro alimentado con pienso seco puede necesitar entre 50 y 100 ml por kilogramo de peso corporal. Con alimentación húmeda, el rango se sitúa entre 20 y 50 ml. Por ejemplo, un perro de 25 kg alimentado con pienso podría consumir entre 1200 y 2500 ml de agua al día. Si suele tomar comida húmeda, el rango normal sería de 500 a 1200 ml.
Cuando un perro consume una cantidad mayor de agua, se podría hablar de polidipsia, generalmente cuando se superan los 100 mililitros diarios (siempre por kg de peso).
Por qué mi perro bebe mucha agua
¿Cuándo es normal que mi perro beba mucha agua? Estas son las situaciones en las que no tienes por qué alarmarte.
Actividad física intensa
Cuando los perros disfrutan de jornadas o actividades muy activas, como paseos largos o ejercicio extenuante, es natural que sientan la necesidad de beber más agua para reponer los líquidos que han eliminado a través del jadeo.
Clima
En las estaciones más calurosas, los perros tienden a beber más agua. Hay que recordar que ellos no sudan, así que necesitan beber agua constantemente para regular la temperatura del cuerpo. Durante el verano o en días de calor, es muy importante que tu perro tenga acceso constante a agua fresca para que pueda hidratarse siempre que lo necesite.
Tipo de alimentación
Como hemos visto antes, la composición de la dieta es uno de los factores que afecta la cantidad de agua diaria que un perro necesita. Las dietas ricas en alimentos secos, como el pienso tradicional, contienen más sodio y potasio, lo que estimula la sed.
En contraste, las dietas naturales o la comida húmeda tienen un mayor contenido de agua, y cubren gran parte del porcentaje de agua que necesitan para hidratarse cada día.
Problemas gastrointestinales
Algunas situaciones médicas como la diarrea pueden provocar deshidratación en los perros. En estos casos, beber más agua es una respuesta natural del cuerpo para compensar la pérdida de líquidos y restablecer el equilibrio hídrico.
Edad y etapa de vida
Los cachorros y los ancianos pueden requerir una mayor ingesta de agua. Por ejemplo, los cachorros en crecimiento necesitan más agua para apoyar su desarrollo, ya que sus riñones no están aún maduros del todo.
En cuanto a los perros ancianos, su organismo puede comenzar a experimentar ciertos cambios y dificultades para regular el equilibrio hídrico, lo que les llevaría a beber más agua de lo habitual. Así que si alguna vez te has preocupado porque mi perro mayor bebe mucha agua, debes saber que es normal, aunque es conveniente realizar chequeos geriátricos con cierta frecuencia.
Causas no naturales
Si no se dan los factores anteriores, entonces ¿por qué mi perro bebe mucha agua? A continuación enumeramos algunas de las causas patológicas más frecuentes.
- Insuficiencia renal. Ocurre cuando disminuye la capacidad de los riñones para concentrar la orina adecuadamente. Se trata de una patología que se debe tratar de inmediato.
- Diabetes mellitus. En la diabetes mellitus, el exceso de glucosa en la sangre puede causar una eliminación excesiva de agua a través de la orina (poliuria), lo que a su vez estimula la sed.
- Diabetes insípida. Esta enfermedad afecta la capacidad del cuerpo para regular el equilibrio hídrico, lo que da lugar a una producción excesiva de orina diluida y un aumento de la sed.
- Enfermedad de Cushing y enfermedad de Addison. Estas condiciones afectan las glándulas suprarrenales y provocan desequilibrios hormonales, concretamente, en el cortisol, que afectan la regulación del agua en el cuerpo.
- Problemas hepáticos. Las enfermedades del hígado pueden interferir con la producción y regulación de algunas hormonas, y afectar al equilibrio hídrico.
- Infecciones. Ciertas infecciones pueden causar deshidratación y estimular la sed como parte de la respuesta del cuerpo a la enfermedad.
- Electrólitos anormales y medicamentos. Algunos fármacos, como los diuréticos y los corticosteroides, pueden provocar polidipsia y poliuria. Lo mismo puede ocurrir si hay algún desequilibrio en los niveles de electrolitos como el potasio y el calcio.
Qué hacer si tu perro bebe mucha agua
Además de las enfermedades mencionadas, el hecho de que el perro consuma una cantidad excesiva de agua, también puede provocar otros daños en el organismo. Una ingesta excesiva de agua puede diluir la concentración de minerales en el cuerpo y provocar desequilibrios electrolíticos como la hiponatremia. La hiponatremia es una condición en la que los niveles de sodio en sangre son anormalmente bajos. Los síntomas pueden ser vómitos, fatiga extrema, dolor de cabeza, malestar general y en casos graves, disfunción cerebral.
Aun así, nunca limites la disponibilidad de agua de tu perro en un intento por reducir su consumo. Restringir el agua puede llevar a la deshidratación y a desequilibrios de líquidos que pueden dañar la salud de tu mascota o empeorar su estado, en el caso de padecer alguna enfermedad.
Por eso, es importante diferenciar entre una ingesta de agua aumentada debido a razones naturales, como el clima o la actividad física, y una ingesta excesiva que pueda indicar un problema de salud.
Cómo controlar el consumo de agua de tu perro
Para llevar un control de la cantidad de agua que bebe tu perro es tan sencillo como utilizar un vaso medidor para rellenarle el cuenco. La medición debe realizarse durante tres días, pero no necesariamente consecutivos. Si hace un calor excesivo o si tu mascota ha estado jugando más de lo normal, puedes omitir esos días y realizar la medición en un día típico.
Durante los días de evaluación, anota en un cuaderno la cantidad de agua que vas añadiendo al cuenco cada vez que lo llenas. Anota también la cantidad que retiras, si necesitas vaciar el cuenco para limpiarlo. Transcurridas 24 horas, anota la cantidad que queda en el cuenco. Después solo hay que sumar las cantidades que hayas rellenado y restarle las que hayas retirado.
Si has hecho este registro y estás convencido de que mi perro bebe mucha agua, no lo pases por alto, ya que puede ser síntoma de condiciones potencialmente fatales como problemas hepáticos, renales o endocrinos. A pesar de todos los cuidados y precauciones, si tu perro se encuentra en una situación fatal, en Adiós Mascota podemos ayudarte a transitar por un momento tan delicado. Atendemos a domicilio y te ofrecemos apoyo durante todo el proceso.