El estrés nos afecta a todos, en menor o mayor medida, incluso a los animales. Sin embargo, la manera de gestionarlo es diferente en cada individuo. Los felinos, por ejemplo, son muy sensibles al estrés y un gato estresado puede llegar a desarrollar desde comportamientos autolesivos hasta enfermedades graves.
Qué es el estrés en los gatos
El estrés es una respuesta natural del organismo frente a una amenaza percibida, un mecanismo de supervivencia que prepara al individuo para enfrentar situaciones peligrosas. Sin embargo, aunque tiene una utilidad adaptativa, cuando se mantiene de forma prolongada puede tener efectos muy perjudiciales.
Los humanos, gracias a nuestra capacidad cognitiva y recursos psicológicos, podemos adaptarnos mejor a situaciones de estrés sostenido, pero los gatos, como muchos otros animales, tienen más dificultades para gestionar el estrés crónico, y esto puede afectar gravemente su comportamiento y su salud.
Principales causas del estrés en gatos
¿Por qué se estresan los gatos? Esto es algo que depende mucho del carácter, las vivencias e incluso la genética de cada individuo. Estas son las causas más comunes.
Cambios en la rutina
Entre las causas más comunes de estrés en gatos se encuentran los cambios en su rutina, como una mudanza o alteraciones en los horarios de sus cuidadores. Los gatos son animales de costumbres y cualquier variación, por mínima que sea, puede generarles ansiedad.
Llegada de un nuevo miembro
La llegada de un nuevo miembro a la familia, ya sea una persona o un animal, también puede ser una fuente de estrés para ellos. Los gatos son territoriales y no siempre aceptan de buen grado la llegada de un nuevo individuo en su espacio.
Aburrimiento
Otra causa importante de estrés es la falta de enriquecimiento ambiental. Los gatos necesitan estímulos para mantenerse activos mental y físicamente. Si su entorno carece de recursos que les permitan explorar, jugar o trepar, el aburrimiento y la frustración pueden convertirse en fuentes de ansiedad.
Visitas al veterinario
Las visitas al veterinario son una de las situaciones más estresantes para la mayoría de los gatos. El traslado, el ambiente desconocido y las manipulaciones médicas generan un gran malestar en ellos.
Falta de socialización
Un gato que ha tenido poca interacción con humanos o con otros animales desde una edad temprana puede volverse más sensible a cualquier pequeño cambio en su entorno.
Enfermedad
El malestar o el dolor provocado por una enfermedad pueden generar un estado de estrés constante. Además, en muchas ocasiones, el dolor en gatos puede pasar desapercibido para sus cuidadores, lo que agrava el problema.
Miedo
El miedo o las situaciones conflictivas dentro del hogar, como las discusiones o los ruidos fuertes, también son fuentes de estrés. Los gatos son animales muy sensibles a las tensiones en su entorno y, aunque no participen directamente en los conflictos, pueden verse profundamente afectados por ellos.
Recursos insuficientes
En hogares con varios gatos, es esencial que haya suficientes areneros, puntos de alimentación y bebederos, ya que de lo contrario pueden surgir conflictos por el uso de estos recursos y hacer que el día a día se vuelva muy estresante para los animales.
Señales de que tu gato está estresado
Los síntomas de estrés en gatos pueden ser sutiles, ya que, por naturaleza, tienden a ocultar sus emociones. Esto hace que, en muchas ocasiones, sus cuidadores no detecten el problema hasta que ya está bastante avanzado.
Falta de apetito
Un gato estresado a menudo deja de comer o reduce significativamente su ingesta, lo que puede derivar en problemas graves como la lipidosis hepática, una enfermedad potencialmente mortal.
Apatía
El gato deja de jugar, se muestra menos activo y parece desinteresado por su entorno.
Deja de acicalarse
Otra de las señales de estrés es la disminución en su acicalamiento, lo que es preocupante porque los gatos suelen ser extremadamente meticulosos con su higiene personal. Si un gato deja de acicalarse, suele ser señal de que algo no va bien.
Agresividad
Un gato que normalmente es tranquilo puede volverse irritable y reaccionar con ataques o gruñidos ante estímulos que antes no le molestaban.
Marcaje
El marcaje con orina o heces fuera del arenero es otro comportamiento que a menudo aparece en situaciones de estrés, como una manera de intentar recuperar el control sobre su entorno.
Estereotipias
Un gato estresado puede desarrollar estereotipias o comportamientos compulsivos, como lamerse excesivamente hasta provocarse heridas, o mostrar movimientos repetitivos sin sentido aparente. Estos comportamientos compulsivos son una clara señal de que el gato está bajo una gran tensión emocional.
Vulnerable a enfermedades
El debilitamiento del sistema inmunológico es otra consecuencia del estrés prolongado. Un gato estresado es más propenso a enfermar, ya que su organismo está constantemente luchando contra la tensión.
Cambios en el comportamiento
Por último, los comportamientos inusuales, como esconderse más de lo habitual, vocalizar excesivamente o mostrarse hiperactivo, también pueden ser indicativos de que el gato está estresado.
Cómo ayudar a un gato estresado
¿Cómo relajar a un gato estresado? La primera medida es descubrir la causa del estrés y realizar los cambios necesarios para aliviarlo.
- Si el estrés se debe a un cambio en la rutina, es importante intentar mantener una estructura diaria lo más estable posible para el gato.
- Si el problema es la llegada de un nuevo miembro a la familia, hay que introducir al recién llegado de manera gradual y respetuosa, permitiendo que el gato se adapte a su ritmo.
- También es esencial proporcionar un entorno tranquilo y sin ruidos fuertes, para que el gato pueda relajarse sin sentirse amenazado.
- El enriquecimiento ambiental es otra clave para reducir el estrés. Para mejorar su bienestar emocional, hay que proporcionarle juguetes, rascadores, estanterías o espacios elevados donde el gato pueda trepar y observar su entorno.
- Es recomendable evitar cambios innecesarios en su entorno. Si es posible, mantener el mobiliario y la ubicación de sus recursos en los mismos lugares ayudará al gato a sentirse seguro.
- Otro aspecto importante es ofrecer recursos suficientes. En hogares con varios gatos, cada uno debe tener su propio arenero, comedero y bebedero para evitar conflictos y tensiones.
- También puede ser muy útil el uso de feromonas felinas en formato de difusor o spray. Estos productos ayudan a crear un ambiente más relajado y a reducir el estrés del gato.
- En situaciones en las que el estrés persiste a pesar de todo, lo ideal es buscar la ayuda de un etólogo felino que pueda evaluar la situación y ofrecer soluciones personalizadas.
Cuándo consultar a un veterinario por el estrés de tu gato
El estrés puede tener repercusiones serias en la salud del gato. Algunas personas se preguntan si se puede morir un gato por estrés y la respuesta es que sí.
Si un gato estresado deja de comer durante más de un día, es el momento de acudir al veterinario, incluso si la propia visita supone una dosis extra de estrés. Cuando dejan de comer pueden desarrollar una lipidosis hepática, una enfermedad grave que avanza rápidamente y que tiene que ser tratada cuanto antes.
Si un gato muestra comportamientos compulsivos autodestructivos, como arrancarse el pelo, lamerse, morderse hasta provocarse heridas, también hay que llevarlo al veterinario lo antes posible.
Como ves, el estrés en gatos es un problema serio que puede poner en riesgo su salud, así que es importante actuar ante las primeras señales. Un veterinario a domicilio puede ser una buena opción si se desea minimizar la tensión y los nervios que supone una revisión médica. En Adiós Mascota contamos con este servicio, también para los casos de enfermedad grave en los que no se desea mover al animal convaleciente de su entorno. Si se diese un desenlace fatal, ofrecemos apoyo durante el duelo.