Alergia en gatos: tipos y síntomas

La alergia es un problema tan común en los humanos como en los gatos. Los felinos también sufren diversos tipos de alergias que pueden resultar muy molestas. Saber cómo se manifiesta la alergia en gatos es importante para saber reconocerla y poder brindarle el tratamiento adecuado para aliviar su malestar.

Qué alergias puede desarrollar nuestro gato

Una alergia es una respuesta exagerada anormal del sistema inmunológico ante una sustancia que, generalmente, es inofensiva para el cuerpo. En los gatos, al igual que en los seres humanos, hay alergias que son más comunes que otras. Aquí te presentamos las más frecuentes:

Dermatitis alérgica por pulgas

Una de las alergias más habituales en gatos es la alergia a las pulgas. Esta afección suele aparecer a principios de la primavera, cuando comienza el clima cálido y húmedo y aumenta la población de pulgas. La causa de la alergia es la saliva de estos parásitos, que contiene sustancias que pueden provocar una reacción alérgica en algunos gatos sensibles.

Dermatitis atópica

En otros casos, la alergia en gatos en la piel puede estar relacionada con otras sustancias.

• El polen de las plantas, que es una causa común de alergia en gatos a principios de la primavera. Los síntomas suelen disminuir en otoño e invierno.
• Ácaros del polvo, que se encuentran en pequeñas cantidades casi todos los hogares, acumulándose más en camas, sofás y en las esquinas. En este caso, los síntomas pueden aparecer en cualquier época del año.

Alergias alimentarias

La alergia alimentaria en gatos puede aparecer en cualquier momento y, generalmente, está provocada por alguna proteína presente en la comida. Las proteínas más comunes que causan alergias son la carne de vacuno, el pescado, el pollo y el trigo, aunque cualquier otra proteína puede ser un desencadenante. Entre las razas de gatos, los siameses parecen ser más propensos a desarrollar este problema.

Complejo granuloma eosinofílico felino (CGE)

La causa exacta no se conoce, pero se cree que, en algunos casos, puede ser desencadenada por una infestación de pulgas. Esta enfermedad provoca una reacción defensiva exagerada del sistema inmunológico, principalmente en la zona bucal, lo que conduce a la formación de nódulos inflamatorios llamados granulomas eosinofílicos. Estos nódulos a veces pueden ser dolorosos para el gato.

Además de la inflamación de las membranas mucosas, también puede producirse infección en otras regiones de la piel, como la parte interior de los muslos o la cabeza.

Síntomas de la alergia en gatos

La picazón o prurito es el síntoma principal de la alergia en gatos, por lo que el animal tiende a tratar de aliviar su malestar, mordisqueando la zona afectada o acicalándose en exceso. Pero además pueden presentarse otras señales frecuentes:

• Descamación cutánea en diferentes áreas.
• Enrojecimiento, inflamación y úlceras o heridas en el labio inferior.
• Pequeñas costras que suelen aparecer en el lomo, cuello, cabeza o cerca de las orejas.
• Pérdida simétrica de pelo debido al rascado o lamido excesivo.
• Infecciones bacterianas secundarias como infecciones cutáneas o inflamaciones de los órganos.
• Asma alérgica y shock anafiláctico. En los casos más graves existe riesgo de que el gato fallezca debido a una dificultad respiratoria.

Cuando se trata de una alergia alimentaria, el gato también puede presentar alteraciones en el sistema gastrointestinal, como vómitos y diarrea, y en su sistema nervioso, como convulsiones si la alergia es muy fuerte. También puede desarrollar comportamientos hiperactivos, agresivos o tener conductas de aislamiento.

Tratamiento de la alergia en gatos

Con respecto a las alergias en gatos y su tratamiento, lo primero que se debe hacer es evitar que el animal entre en contacto con cualquier sustancia que pueda provocar una reacción alérgica. Sin embargo, a veces puede ser difícil identificar el origen de la alergia, ya que incluso materiales sintéticos como los comederos o bebederos del gato pueden ser la causa.

Diagnóstico

En caso de sospecha de alergia en un gato, lo mejor es acudir al veterinario, quien podrá limitar los alérgenos mediante un diagnóstico de exclusión.

Durante la evaluación, el veterinario recopilará los datos más importantes sobre los hábitos y los cuidados del gato, ya que esta información puede ayudar a detectar posibles alérgenos.

Después se puede continuar con un examen clínico general para conocer el estado de salud general del animal y con una exploración más a fondo.

La exploración especial tiene como objetivo descubrir la causa de la alergia mediante pruebas específicas. Por ejemplo, una alergia alimentaria se diagnostica mediante una dieta de exclusión, que implica un cambio de alimentación abrupto y a largo plazo. Si los síntomas del gato mejoran, es probable que se trate de una alergia alimentaria. Sin embargo, para confirmar el diagnóstico, se puede volver a administrar la comida anterior. Si el gato vuelve a presentar síntomas de alergia, es muy probable que se trate de una alergia alimentaria.

En algunos casos, si no se puede identificar los alérgenos mediante un diagnóstico de exclusión, el veterinario puede realizar otras pruebas, como análisis de sangre o pruebas cutáneas.

Tratamiento

En general, el principal tratamiento es aislar al gato de aquello que le da alergia, siempre que sea posible. Por ejemplo, si la alergia está relacionada con las pulgas, por ejemplo, la solución consiste en desparasitar al gato periódicamente, incluso aunque no salga al exterior. Es importante tener en cuenta que el dueño del gato puede ser el portador de estos parásitos o incluso traerlos en su calzado. También es posible que otra mascota de la casa, como un perro, pueda transmitir las pulgas al gato.

La alergia alimentaria en gatos suele requerir un cambio en la dieta del animal, generalmente a un pienso hipoalergénico elaborado específicamente para tratar los síntomas de este problema.

La alergia en gatos es común y, generalmente, leve, pero en algunos casos puede ser grave e incluso potencialmente mortal. Las crisis anafilácticas son una reacción alérgica grave que puede afectar el sistema respiratorio, entre otros sistemas. En gatos, estas crisis pueden provocar dificultad respiratoria, que puede ser fatal si no se trata rápidamente. Si algo así le ocurriese a tu mascota y no pudieses llegar a tiempo, no dudes en contar con la ayuda de Adiós Mascota. Atendemos a domicilio y nos encargamos de todos los detalles del proceso. También podemos ofrecerte un servicio de terapia de duelo para ayudarte a superar el dolor de tu pérdida