Ataxia en perros: causas, síntomas y tratamiento

La ataxia en perros es una condición que afecta al sistema nervioso central y que se caracteriza por dificultades en la coordinación y pérdida de equilibrio. A menudo, la ataxia actúa como síntoma de otras enfermedades subyacentes. Por esta razón, es imprescindible detectar y tratar la ataxia a tiempo con la ayuda de un profesional veterinario.

Qué es la ataxia en perros

La ataxia es un trastorno neurológico que afecta a la coordinación muscular del perro, provocando problemas de postura, equilibrio y movimiento. Aunque la ataxia puede parecer una simple pérdida de coordinación, en realidad se trata de un problema grave del sistema nervioso central. Y es que los nervios encargados de enviar señales entre el cerebro y el cuerpo pueden estar dañados o no funcionar correctamente, lo que impide al perro controlar sus movimientos correctamente.

Existen varios tipos de ataxia en perros:

• Ataxia sensorial: ocurre cuando existe una disfunción en los nervios que transportan información desde el cerebro al cuerpo. Es la forma más común y puede deberse a problemas en la médula espinal.
• Ataxia vestibular: afecta el sistema vestibular, responsable del equilibrio. Suele asociarse con infecciones del oído interno o medio y afecta a la capacidad del perro para mantener el equilibrio.
• Ataxia cerebelosa: surge por daños en el cerebelo, región del cerebro encargada de la coordinación y la precisión de los movimientos. Puede ser de origen congénito o adquirido.

Síntomas de ataxia canina

La ataxia en perros y sus síntomas pueden presentarse en perros de cualquier edad, raza y tamaño. En general, el animal muestra una falta de coordinación que puede ser evidente al caminar o al realizar movimientos del día a día.

• Inestabilidad al caminar: el perro podría tambalearse o incluso caerse. A menudo camina con las patas abiertas para intentar mantener el equilibrio.
• Cabeza inclinada: particularmente en la ataxia vestibular, se puede observar una inclinación de la cabeza, lo que le dificulta mantener una postura recta.
• Nistagmo: se caracteriza por movimientos involuntarios y rápidos de los ojos en una dirección concreta. Esta condición suele estar relacionada con la ataxia vestibular.
• Falta de respuesta propioceptiva: cuando el perro no responde o tarda en mover sus patas para corregir su postura después de ser colocado en una posición anormal, tal vez estemos ante un signo de ataxia sensorial.
• Temblor corporal: puede aparecer de forma continua o intermitente, en reposo o durante el movimiento.
• Letargo y desorientación: en casos graves, el perro puede parecer desorientado o presentar fatiga intensa debido al esfuerzo adicional que realiza para intentar coordinar sus movimientos.

Causas de ataxia en perros

Las causas de esta enfermedad son múltiples y pueden clasificarse según el tipo de ataxia. En algunos casos, la ataxia está provocada por tumores en el cerebro o en la médula espinal, patologías degenerativas, infecciones o intoxicaciones. En esos casos, será necesario un tratamiento veterinario urgente y adecuado, ya que estas enfermedades pueden progresar y afectar al organismo, provocando complicaciones que pongan en riesgo la vida de tu compañero.

• Traumatismos: un golpe o una caída fuerte pueden dañar al sistema nervioso central o periférico, provocando ataxia.
• Infecciones e inflamaciones: las infecciones bacterianas, virales o parasitarias que afectan el sistema nervioso —como el moquillo canino— también pueden causar ataxia.
• Enfermedades degenerativas: algunas enfermedades que afectan al cerebro o a la médula espinal pueden deteriorar, poco a poco, la función nerviosa, generando ataxia en perros mayores.
• Enfermedades congénitas: ciertos perros nacen con anomalías en el cerebelo que provocan ataxia desde una edad temprana.
• Envenenamiento: algunos químicos y venenos —como el plomo o ciertos tipos de medicamentos— pueden afectar al sistema nervioso.
• Tumores o lesiones en el sistema nervioso: los tumores en el cerebro o en la médula espinal pueden comprimir los nervios y generar ataxia.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la ataxia comenzará con una evaluación exhaustiva del veterinario, quien realizará una revisión completa del historial clínico de tu compañero y de sus síntomas actuales. Entre las pruebas que llevará a cabo para identificar la causa y el tipo de ataxia podemos encontrar:

• Análisis de sangre y de orina. Permiten identificar toxinas, infecciones u otros problemas de salud que podrían estar provocando la ataxia.
• Exámenes neurológicos. Ayudan a detectar el tipo de ataxia y localizan la región afectada en el sistema nervioso.
• Imágenes de diagnóstico. El uso de radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) ayuda a evaluar lesiones en la columna, el cerebro o el oído interno.
• Mielografía. Se trata de una técnica de imagen en la que se emplea un tinte especial —denominado «contraste»— para mostrar detalles adicionales de la médula espinal. Es una prueba muy útil para detectar compresiones o tumores.

Pero, una vez detectada la enfermedad y sus causas, la pregunta es cómo tratar la ataxia en perros. Al igual que en los casos anteriores, el tratamiento dependerá de cada caso particular y de las razones que motiven la enfermedad. No obstante, algunas de las opciones más frecuentes son:

• Medicación: si la causa es una infección o inflamación, el veterinario recetará antibióticos o antiinflamatorios.
• Cirugía: en el caso de tumores o lesiones compresivas en el cerebro o la médula espinal, una cirugía puede ser la mejor opción para aliviar los síntomas.
• Fisioterapia: ayuda a mejorar la movilidad y el equilibrio del perro, especialmente si la ataxia ha afectado a su coordinación.
• Soportes ortopédicos: en casos donde el equilibrio esté comprometido, estos dispositivos pueden ayudar a tu compañero a mantener una postura más adecuada.

¿Se puede prevenir la ataxia en un perro?

Una vez que hemos entendido qué es la ataxia en los perros, es más fácil ver que la prevención no siempre es fácil. Sin embargo, existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Por ejemplo, la vacunación es uno de los primeros pasos para prevenir infecciones graves como el moquillo, responsable de algunos tipos de ataxia. Controlar el entorno y evitar las sustancias tóxicas en el hogar —como los pesticidas— también puede reducir el riesgo de intoxicación o envenenamiento.

Las visitas periódicas al veterinario también pueden te permitirán detectar problemas de salud antes de que vayan a más. Además, un estilo de vida saludable, en el que predomine una dieta equilibrada y ejercicio, contribuirá al bienestar general del sistema nervioso de tu compañero.

La ataxia en perros es una enfermedad que merece atención especializada. Aunque el diagnóstico y el tratamiento son necesarios para cuidar de tu compañero, también es fundamental reconocer los límites de su calidad de vida y estar preparado para un posible adiós. De hecho, la ataxia puede impactar tanto en la calidad de vida de tu compañero que el veterinario puede sugerir la eutanasia como la opción más humanitaria. En estos casos, desde Adiós Mascota nos comprometemos a acompañarte en cada paso y a brindarte el apoyo necesario.