Una mascota, sea de la especie que sea, es un miembro de la familia y su pérdida supone duro golpe y una tristeza profunda. En muchos casos el duelo se prolonga durante casi un año y en otros, la experiencia se vive como algo traumático. Si te preguntas “cómo hacer una despedida a mi perro” o a cualquier otro animal, la respuesta es que tienes varias opciones.
Por qué debemos dar el último adiós a nuestra mascota
Las personas que conviven con animales generan un vínculo muy estrecho con ellos, profesándoles un amor tan intenso e incondicional como a un familiar humano. A lo largo de la vida de la mascota se comparten momentos muy intensos, como viajes, excursiones, nuevos proyectos, tristezas o preocupaciones y esto va estrechando el lazo de una forma muy intensa.
La compañía mutua, especialmente en el caso de los perros, se convierte en algo imprescindible aunque tengamos presente en todo momento que algún día nos tendremos que despedir. Así que, después de un viaje vital que suele durar años, decir adiós puede ser uno de los momentos más difíciles en la vida de una persona, aunque el impacto emocional de esta pérdida no esté aún muy reconocido por la sociedad.
Llegado este momento inevitable, es necesario saber gestionar adecuadamente la situación. ¿Qué hacer cuando se muere un perro? La recomendación de los psicólogos es realizar el mismo proceso que se hace con cualquier persona, es decir, un enterramiento o una cremación, como parte de una ceremonia funeraria. Los ritos de despedida, como escribir una esquela a nuestro amigo peludo, cumplen una función muy importante en la aceptación de la realidad y de la separación física del ser querido de manera definitiva e irreversible. A la vez, sirven para asumir que se cierra una etapa y comienza otra sin la presencia de nuestra mascota. Solo entonces, se puede comenzar a elaborar el duelo de una forma sana.
Velatorio para mascotas presencial: la clave para superar el duelo
El proceso de duelo es una vivencia muy íntima y personal, y cada uno lo vive de una forma distinta, pero lo que sí es imprescindible para todos es tener ese momento de despedida presencial. También son muy diferentes las preferencias y necesidades de cada persona a la hora de llevar a cabo un velatorio o un ritual de último adiós donde poder decir unas frases de despedida al perro fallecido.
Afortunadamente, hoy en día podemos contar con servicios que nos ofrecen diferentes opciones que pueden ser de gran ayuda para superar el fallecimiento de la mascota. Tener sus restos en una urna o un sitio donde acudir para recordarle puede ser de gran consuelo para muchas personas que necesitan poder ubicar al animal en un espacio físico.
Los cementerios de animales ofrecen la posibilidad de homenajear a la mascota y mantener vivo su recuerdo, ya que es un lugar donde podemos colocar su foto o una placa, inscribir su nombre y una dedicatoria o colocar flores. También existen elementos de joyería que funcionan como pequeñas urnas donde podemos llevar una parte de las cenizas siempre con nosotros.
Independientemente de la acción de despedida a mi perro que sintamos que nos puede aportar algo alivio y paz, en ocasiones puede ser necesario un acompañamiento emocional o una ayuda profesional que nos guíe en el proceso de duelo.