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Hernia en gatos: cómo identificarla y qué pasos seguir

Hernia en gatos

Una hernia en gatos puede ser una fuente de preocupaciones para sus cuidadores. Si bien no siempre son un problema grave, sí que requieren atención para evitar complicaciones que puedan poner en riesgo la vida del animal. En este artículo te explicamos con detalle qué son las hernias en gatos, sus tipos más comunes, cómo identificarlas y qué hacer.

Qué es una hernia

Las hernias en gatos son un problema de salud que es más común de lo que muchos piensan. Una hernia ocurre cuando un órgano o tejido sobresale a través de una abertura anormal en los músculos o la pared del cuerpo. Se suele apreciar como un bulto o abultamiento en una zona específica del cuerpo. Dependiendo de su ubicación, tamaño y causa, una hernia puede variar desde ser una condición leve hasta convertirse en un problema potencialmente mortal.

Cómo se producen las hernias en gatos

¿Dónde pueden aparecer las hernias en un gato? Algunas de las zonas más comunes son el abdomen, la ingle, el diafragma y la región umbilical. 

La causa de una hernia puede variar y estar originada por un defecto congénito, un trauma o incluso en el esfuerzo excesivo, como un salto brusco. El riesgo puede aumentar si se dan factores como obesidad, una genética propensa o una cirugía reciente, como la esterilización en gatas.

Tipos de hernias

Existen diferentes tipos de hernia en gatos, dependiendo de la zona afectada.

Hernia diafragmática

Ocurre cuando hay una abertura en el diafragma, que es el músculo que separa el tórax del abdomen. Esta condición suele estar causada por un trauma severo (por ejemplo, un atropello o una caída desde gran altura), y hace que los órganos abdominales se desplacen hacia la cavidad torácica, comprimiendo los pulmones y dificultando la respiración.

Si notas que tu gato respira con dificultad, tiene tos persistente o parece cansado incluso después de descansar, podría tratarse de este tipo de hernia. Es una emergencia que necesita atención veterinaria inmediata.

Hernia inguinal

Afecta a la zona de la ingle y es la hernia en gatas más común, sobre todo durante la gestación, cuando el peso añadido del embarazo puede empeorar una debilidad muscular previa. Esta hernia se ve como un bulto en la parte baja del abdomen o cerca de las patas traseras. Aunque al principio podría parecer que no molesta, con el tiempo puede causar dolor, y en casos graves, puede quedar atrapado un órgano, lo que representa un peligro para la vida.

Hernia discal

Afecta la columna vertebral y ocurre cuando los discos entre las vértebras (qué actúan como pequeños cojines para proteger los huesos) se dañan y ya no cumplen con su función. Esto provoca una presión en la médula espinal que suele ser bastante dolorosa.

Un gato con una hernia discal suele tener molestias en la espalda, dificultad para caminar o saltar, problemas para usar el arenero, rigidez o parálisis parcial, en los casos más graves. Estas hernias suelen ser más comunes en razas propensas a problemas de columna, como el munchkin.

Hernia perineal

El problema se localiza cerca del ano y ocurre con mayor frecuencia en gatos mayores, especialmente machos no castrados. Está causada por el debilitamiento de los músculos en esta región.

Los gatos afectados pueden tener dificultad para defecar, estreñimiento crónico o un bulto visible cerca del ano. Aunque suene menos grave que otras hernias, también puede tener complicaciones graves si no se trata.

Hernia umbilical

Este tipo de hernia abdominal en gatos se observa con más frecuencia en animales jóvenes y suele ser congénita. Aparece como un pequeño bulto en el ombligo, y normalmente no causa problemas preocupantes. Sin embargo, en algunos casos, el contenido de la hernia puede quedar atrapado y causar dolor o incluso necrosis. Por suerte, se puede corregir quirúrgicamente sin complicaciones.

Hernia postesterilización

Tras una esterilización, es posible que se desarrolle una hernia. Esto ocurre si la incisión quirúrgica no cicatriza bien o si el gato sigue haciendo demasiada actividad física justo después de la operación. Es fácil de identificar porque se ve a simple vista como un abultamiento cerca de la cicatriz. Si bien no siempre es grave, es conveniente hacer un seguimiento veterinario para evitar infecciones u otras complicaciones.

Cómo detectar una hernia en mi gato

Entonces, ¿cómo saber cuándo es el momento de preocuparse? Algunos signos de alerta son letargo, dolor evidente, problemas para comer o respirar, dificultad para defecar o caminar, y cualquier abultamiento que cambia de tamaño, se endurece o provoca molestias.

Recuerda que no todas las hernias tienen porque tener un aspecto visible, así que es fundamental llevar a tu gato al veterinario si observas alguno de estos síntomas.

Para hacer un diagnóstico correcto, el veterinario tendrá que realizar un examen físico, radiografías o ecografías. Estas pruebas ayudan a conocer la ubicación exacta, el tamaño y la gravedad de la hernia. En los casos más complejos, como una hernia diafragmática, puede ser necesario realizar tomografías computarizadas (TAC) para evaluar mejor la situación.

Cuál es el tratamiento para una hernia en gatos

El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de la hernia. Algunas hernias pequeñas pueden resolverse por sí solas o con un manejo conservador, pero la mayoría requieren cirugía para reparar el defecto.

Durante la operación, el veterinario colocará los órganos o tejidos desplazados en su lugar y reparará la abertura con suturas o mallas. En los casos más severos, como la hernia discal o diafragmática, el tratamiento puede ser más complejo y requerir cuidados intensivos postoperatorios.

Hernias en gatos

¿Qué pasa si decides no tratar una hernia?

Ignorar esta condición puede tener consecuencias graves. Una hernia que queda atrapada o estrangulada puede cortar el suministro de sangre a los tejidos afectados, lo que lleva a necrosis, infecciones graves y, en última instancia, a un dolor extremo y riesgo de muerte. Por eso, nunca subestimes un pequeño bulto o signo de incomodidad en tu gato. Si mi gato tiene una hernia en la panza, tengo que acudir cuánto antes al veterinario.

 

Ya ves que la hernia en gatos puede ser algo leve y sin demasiada importancia o algo realmente grave, así que es fundamental reaccionar a tiempo. En los momentos más difíciles, como cuando decimos adiós a nuestra mascota, es fundamental contar con apoyo emocional y práctico. En Adiós Mascota estamos a tu lado para ayudarte a honrar la vida de tu amigo fiel y a enfrentar el duelo de manera más llevadera. Nos desplazamos a domicilio para que el momento sea más íntimo y tranquilo, y te acompañamos para que este último adiós esté lleno de amor y respeto.

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