La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria que puede afectar a tu gato. La toxoplasmosis en gatos presenta síntomas distintos dependiendo de la fase en la que se encuentre la enfermedad. Conozcamos qué es la toxoplasmosis en gatos y cómo actuar en caso de que tu gato se vea afectado.
Qué es la toxoplasmosis en gatos
Se trata de una enfermedad causada por el parásito Toxoplasma gondii. Esta enfermedad puede afectar a distintos animales y también a los seres humanos, aunque el huésped definitivo del parásito es el gato.
La parasitación se produce normalmente por la ingesta de los “huevos” del parásito, denominados ooquistes. Estos ooquistes se suelen encontrar en heces de otros animales infectados y en aguas contaminadas. Otras vías de transmisión son:
- Ingesta de carne cruda de animales infectados como ratones o pájaros
- Transmisión madre-hijo a través de la placenta o la lactancia
- Transfusiones de sangre
Síntomas de la toxoplasmosis en gatos
Como enfermedad en los gatos, la toxoplasmosis es más habitual en gatos que pueden salir a la calle que en gatos indoor. En muchos casos el desarrollo es asintomático, pero dependiendo del grado de afectación y de dónde se aloje el parásito se pueden manifestar síntomas graves. Los principales síntomas de toxoplasmosis en gatos son:
Digestivos
- Vómitos y diarrea
- Pérdida de apetito
- Afectación hepática que puede cursar con ictericia
- Dolor abdominal
- Necrosis
Oculares
- Glaucoma
- Inflamación
- Uveítis
- Problemas en el nervio óptico
Neurológicos
- Ceguera
- Convulsiones
- Alteraciones de comportamiento
- Parálisis y dificultad de movimiento
- Andar en círculos
Pulmonares y cardiacos
- Fiebre
- Problemas respiratorios
- Derrame en las pleuras
- Taquicardia
- Insuficiencia cardiaca y respiratoria
Musculares
- Dolor y rigidez
- Dificultad y alteraciones del movimiento
- Atrofia y espasmos
Dermatológicos
- Dermatitis necrotizante
- Vasculitis
Cómo se debe tratar la toxoplasmosis
La toxoplasmosis necesita de atención veterinaria. El veterinario realizará las pruebas diagnósticas pertinentes para comprobar si el gato ha enfermado. Las pruebas más comunes son análisis de sangre, PCR, serologías, radiografías, TAC, ecografía y biopsia.
Tras la confirmación de la presencia del parásito, existen distintos tratamientos como la administración de corticoides y sobre todo de clindamicina. La clindamicina es un antibiótico que se administra por vía oral o inyectada y también por vía tópica para las afecciones cutáneas. Es muy efectiva, pero si hay daños neurológicos permanentes no es eficaz.
¿Se puede prevenir?
La mejor forma de prevenir la toxoplasmosis en gatos es no dejar que el animal salga de casa y evitar así que ingiera pequeños animales vivos que pueden ser portadores del parásito.
La toxoplasmosis en gatos cuenta con una vacuna que debe ser prescrita por el veterinario, ya que no se puede administrar en todos los casos.
Es importante mantener la higiene del hábitat del gato, de su arenero y mantener las vacunas y la desparasitación al día.
Toxoplasmosis y embarazadas
La posibilidad de infectarse de toxoplasmosis durante el embarazo por la convivencia con un gato doméstico es muy remota. Como precaución, si estás embarazada no te encargues de la limpieza del arenero, ya que las heces son uno de los elementos que pueden albergar los ooquistes del parásito.
La toxoplasmosis en gatos tiene síntomas que pueden llegar a ser muy graves e irreversibles, aunque en muchos casos cursa sin sintomatología. Si desgraciadamente tu gato no supera la enfermedad, en adiosmascota.es te acompañamos en todo el duro proceso. Nos encargamos de que tu amigo felino tenga la despedida que merece y te ayudamos a superar el duelo.